lunes, 22 de febrero de 2016

La Presencia de Dios hace la diferencia




La presencia de Dios hace la diferencia

La iglesia primitiva tuvo también sus dificultades. El gran conflicto en este mundo comienza
 en el Edén. Inicia con la caída de los primeros padres Adán y Eva. A partir de ahí ha sido un conflicto muy fuerte que la humanidad ha tenido con el mal. 

Es una guerra muy fuerte y refleja que el mal que se inició es muy grave, muy terrible y debemos tener cuidado porque Satanás también nos puede sorprender con algunos de sus engaños y atacarnos en el momento menos esperado.

La presencia de Dios hace la diferencia. El que ha estado con Jesús tiene características especiales en la forma de hablar y de actuar. Se refleja en las acciones. Las personas se maravillaban de los que habían estado con Jesús por la forma de hablar y de actuar. 


Debe reflejarse en nosotros la luz de que caminamos con Jesús. Debe notarse la diferencia en la forma de hablar, de comportarnos, de vestir, de alimentarnos. El cristianismo es una forma de vida. El cristiano dondequiera que sea debe llevar una vida que manifieste realmente que camina con su Maestro Jesús.

Jesús le dijo a sus discípulo: "Y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta en lo último de la tierra" Hechos 1:8. Esta lección es para nosotros hoy.

Tengamos presente que así como los discípulos perseveraban unidos en oración debemos hacerlo nosotros hoy .Adelante con Jesús. Que nuestros pensamientos y acciones sean dirigidos por Él. Ahora a las faenas y actividades del Día, pero con Jesús en nuestros pensamientos (Estela Minyetty)

Guía para conducir nuestras vidas


Guía para conducir nuestras vidas 

Existe una frase que considero, precisa y concisa para un mundo de paz: "Haz con los demás lo mismo que te gustaría que hagan contigo".


Este texto bíblico debemos llevarlo siempre con nosotros y ponerlo en práctica en cada acción que realizamos. Si todos actuáramos de esta manera, en cada paso que damos pudiéramos cantar unidos el canto de alegría.

Si  en el día  a día lo hiciéramos nuestro, no fuese necesario invertir esa gran cantidad de dinero en pagar para el orden público, en cárceles en y juzgar a los demás, ni tampoco en armas de fuego y otras instrumentos para la guerra.

Pero además, el Estado se ahorraría esa gran cantidad de dinero que tiene que pagar por el personal de psicología y orientación en los centros educativos para tratar casos psicológicos, causados en mayoría por el efecto causado en los jóvenes debido a un mal comportamiento de los demás para con ellos o una forma inapropiada de actuar por parte de ellos mismos ante los demás. Si nos apropiáramos de este texto el mundo seria un paraíso. 

El hombre fue hecho para vivir en sociedad, pero lamentablemente el egoísmo, la envidia, el querer superarse sin importar el sufrimiento de los demás, aplastando a otros para lograr beneficios personales está acabando la paz del ser humano.

Esto es así porque cuando se realizan estos tipos de acciones, entonces aunque se logren beneficios personales la paz interior se va del corazón y esto puede producir incluso enfermedades físicas. Los principios divinos no fallan y el ponerse en lugar de los demás, amar y actuar con el prójimo como si fuésemos nosotros mismos es un mandato divino.

Es recomendable mantener en nuestros pensamientos el texto bíblico que dice: "Amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo" si permanentemente vivimos así ante Dios y en con las personas que nos rodean, nos mantendremos alegres y felices.

Muchos en su búsqueda por la felicidad, se afanan en conseguir y atesorar cosas materiales, pero la verdadera felicidad está en cumplir con estos mandatos divinos basados en las "Buenas Relaciones", tanto con Dios como nuestro creador, como con todas las personas con las que interactuamos diariamente.

En ese mismo orden, una de los errores más grande de los humanos se comenten a través de nuestra forma de expresarnos y comunicarnos con los demás. La Biblia es clara cuando dice: "Ninguna palabra corrompida salga de nuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación". 

Al este texto anterior se le suma una hermosa promesa para los que actúan de acuerdo a la voluntad de Dios, con un corazón sincero: "Dichosos los de limpios corazón porque ellos verán a Dios".

Queridos amigos lectores, nada en la vida es más importante que hacer lo correcto delante de Dios y el prójimo `para satisfacción personal y para la paz interior. 

Estos textos deben se la guía para conducirnos en cada acción que realizamos. Adelante con Jesús. Muchos abrazos y besos para todos.